Se dice que la confianza es una de las cosas más importantes en la vida y en el fútbol. Eso lo tenía claro Ronaldo de Assis Moreira, o mejor conocido como Ronaldinho.
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El 19 de noviembre del 2005 sería una fecha inolvidable para los amantes del buen fútbol y sobre todo del Fútbol Club Barcelona, esa noche los dirigidos por Frank Rijkaard tendrían una velada espectacular. Y es que en un partido correspondiente por la Liga BBVA, el 'Barça' visitaba el mítico Santiago Bernabéu, un encuentro de primer mundo que levanta las expectativas de todos los fanáticos en cualquier lado del mundo.
Aquel día, el camerunés Samuel Eto'o marcó cuando el reloj marcaba tan solo 15 minutos, esto sin duda ponía más emocionante y vibrante el choque de titanes, pues el Real Madrid en aquellos tiempos era dirigido por el brasileño Vanderlei Luxemburgo. Aunque en una fiesta de primer mundo sería la visita quién le pusiera música al evento, Ronaldinho llegaría con la samba que lo caracteriza y un paso al minuto 58 y otro al 76 firmaría un verdadero baile ante su archirrival, en su casa. Sin duda alguna la goleada fue considerada por algunos como una humillación ante el más grande de Europa. Aunque los focos se desviarían de la goleada, y se irían con Ronaldo de Assis Moreira, esto debido que al minuto 15 de la segunda parte 'Ronaldinho' haría una verdadera obra de arte, regado Ramos, regado Carvalho y sáquela Casillas.
Detrás de esto, hay toda una historia relatada por Andrés Iniesta, el hoy, capitán del FC Barcelona. Unos días antes de ese encuentro, Ronaldinho llamó al español a las tres de la mañana.
"Andrés, sé que son de las tres de la mañana, pero tengo que decirte una cosa. En junio me voy del Barça. Mi hermano está cerrando un acuerdo con el Real Madrid. Son cifras increíbles a las que no puedo decir que no. Tú eres joven, puedes entenderme.. pero por favor, no se lo digas a nadie en el vestuario o en el club, no me traiciones, me fio de ti más que de ningún otro. Buenas noches, Andrés"
Según cuenta el propio Iniesta, no le dio tiempo de responder. Al día siguiente en el entrenamiento de costumbre notó a los compañeros muy extraños, todos abrazaban y mimaban a Ronaldinho, más de lo normal. Sin contar el silencio tenebroso que se sentía en el lugar. Todos los jugadores del plantel estaban raros. Llegó el 20 de noviembre, llegó el día. Era el clásico más importante del mundo, y fue Ronaldinho quien tomó la palabra en el vestuario minutos antes de saltar al Santiago Bernabéu.
"Chicos, hoy jugamos un partido importante, ellos son fuertes, pero en estos días he descubierto que somos como una familia. He llamado a cada uno de vosotros en mitad de la noche y os contado en confianza que me voy en junio, pero ninguno de vosotros ha hablado. Después de esto he entendido que estamos dispuestos a morirnos por dentro antes que traicionarnos. Yo me quedo aquí por muchos años.. Ahora salgamos al campo y vamos a darle una lección de fútbol al Madrid"
Esa noche, Ronaldinho jugó uno de los mejores partidos en la capital española. Cuando salió del campo de juego, todo el Santiago Bernabéu se puso en pie para aplaudirlo.