• JUAN GUILLERMO CUADRADO: LA TRAGEDIA

    Juan Guillermo Cuadrado, un en día uno de los extremos top del fútbol mundial nació en Colombia. Para ser más específico en Necoclí, un municipio localizado en la subregión de Urabá. Cuadrado vivió una infancia muy tormentosa, lastimosamente sufrió el mal que vive actualmente Suramérica y el mundo en general, la violencia.


    Imagen: Brian Bahr.
    En su vida cotidiana balas iban, balas venían. Pero un día, todo iba a ser diferente pero mal. Cuadrado tan solo tenía entre 6 y 7 años cuando según relata el mismo jugador su padre le dice en medio de una balacera: "Metete debajo de la cama". El tiroteo cesó, y el pequeño salió de su escondite y su vida cambió para siempre. En la calle yacía el cuerpo de su padre, un conductor de camiones de bebidas gaseosas, víctima de aquel fatal tiroteo.

    Desde ese terrible día en el que una vez más una “guerra” absurda se cobraba otra vida inocente, su madre, la señora Marcela Bello de Cuadrado se convertiría en su protectora y sería ella quién guiaría los pasos del otrora jugador de la Fiorentina de Italia.

    Marcela alejó y aisló al pequeño de todo aquello y le cuidó con todo su amor y toda su alma. Trabajó en las bananeras de Apartadó mientras el niño se divertía pateando todo aquello que encontraba a su paso en casa de su abuela.

    Además, su señora madre debido a las necesidades que pasaban, se dio la tarea de estudiar bachillerato nocturno, dónde el pequeño Cuadrado siempre se quedaba dormido después de un día agitado pateando la pelotica. Juan Guillermo nunca se separaba de su madre.

    La afición y su interés por el fútbol crecía y, mientras él soñaba con ser como Ronaldo, su madre se esforzaba para que no abandonase los estudios.

    Juan era un niño muy hiperactivo y no había manera de que volviese sin una mancha en la camiseta. Un día tuvo un accidente en el colegio. Jugando en una carretera se rompió el tendón de Aquiles y Marcela, como castigo, decidió quitarle sus botas de fútbol durante un mes. El colombiano ha reconocido que ese ha sido el peor castigo que ha tenido nunca.

    El que ahora es mediocampista de la Juventus FC ingresó en la escuela Mingo Fútbol Club de Necoclí y más tarde pasó al Manchester FC de Apartadó, donde, junto a su madre, se habían refugiado huyendo de la violencia que aún azotaba su pueblo natal.