Caracas, dos (2) de la tarde. Hace calor, y a pesar de la hora, no hay luz. Normal. Dos (2) perros, quienes siempre parecen estar un paso adelante de uno y aparentan entenderlo todo, no se despegaban de mí. Sin embargo, siento la casa vacía y un silencio aturdidor. Me siento solo.
¿Qué es este sentimiento? ¿Qué es esta sensación? No siento nada, ¡Nada! Pero, ¿Cómo es esto posible? Quiero llorar, pero no puedo. ¿Por qué? No me estoy haciendo el "machito", simplemente no puedo, aunque quiero. ¡Qué loco!
Llevo varios minutos sentado, ¿Qué me pasa? ¿Qué hago? No entiendo nada. ¿Qué estoy esperando? ¿Por qué no me interesa lo que pueda pasar? ¡Dios, son tantas preguntas! No tengo fuerzas para seguir adelante, pero peor aún, no quiero seguir adelante. ¡Wow! ¿Es esto tirar la toalla? ¿Me rendí? Pero yo no me rindo nunca, repito, ¿Qué demonios me pasa? ¿Será que así se sienten las personas que deciden suicidarse?
¡Increíble! Casi que a diario convivo con 8 familiares, de mis 18 años de vida tengo amigos que conozco desde hace 14 años, yo no tengo compañeros de trabajo, tengo amigos que trabajan conmigo. Yo no tengo compañeros de clases, tengo amigos que estudian conmigo. Estudio en la mejor universidad del país. Tengo el trabajo que creí que tendría luego de graduarme como comunicador social. No vivo en un barrio y cómo cuando quiera... ¡Ah! Y tengo una novia bellísima. ¿La vida perfecta, no? ¿Entonces por qué no puedo más? ¿Por qué no encuentro razones para seguir cuando ¡Sí las hay!? Peor aún, ¿Por qué me da igual estar en este "transe"? ¿Por qué no me importa nada? Vaya...
Si esto me sucede a mí, ¿Cómo serán las personas que viven solas, qué no tienen como darle comida a sus hijos, que tienen familiares en algún hospital del país? ¿Cómo lo soportan? ¿Cómo hacen? ¡Dios, ayúdalos!
..."¡Aguanta! Cuando todo esto termine, el país necesitará personas como tú. Solo ten paciencia y aprovecha cada segundo del día". [Se restableció la electricidad]
¿Qué fue eso? ¿Mi subconsciente? Si fuera religioso diría que me habló Dios. Pero no, no fue él. O bueno, no sé. Ya no importa, tiene razón. No es momento de tirar la toalla, no puedo defraudar a todas esas personas que fueron arrestadas, asesinadas y hasta masacradas para que yo pudiera tener un futuro. ¡Qué cobarde soy!, rendirme así como así, ajá claro. ¿Y las promesas? ¿Serán en vano? ¡Imbécil! Pero no importa, seguimos. Bañémonos, comamos y sigamos porque si ayer pudimos con eso, hoy podemos con esto y mañana podremos con aquello. Porque nosotros siempre podemos, ¡Siempre!
Caracas, cuatro (4) de la tarde. Pasaron dos (2) horas. ¡Increíble! ¿En qué momento? No sé, y no importa ya. Seguimos, la vida no esperará por nosotros. ¡Vamos!